Primero con la mente Te toque primero con la mente esa juguetona y suspicaz idea que brinca de repente y bordea entre el resorte de tus prendas interiores y la piel que estas protegen de los mirones pero yo no soy mirĂłn, me gusta tocar y si te puedo tocar con la mente te tocarĂ© con las manos tambiĂ©n solo falta que tĂş me toques de la misma manera… Nos cruzamos casualmente en el camino llevabas una blusa medio abierta y por mi estatura y la tuya pude ver más allá de lo que quisieras ocultar con tu blusa de botones te confieso que no fuera que quisiera hacerlo pero lo evidente se mostraba a mi vista sonreĂste a mi ademán de desviar la mirada respetuosamente me distraje en otra cosa pero tarde era ya, tus senos estaban en mi memoria deliciosamente cadenciosos en tu andar despreocupada minifalda muy bien puesta y arreglada sabĂas que tenĂas lo que me faltaba

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