Tendido sobre la grama, boquiabierto
Con la mirada fija en el extenso firmamento
Avasallado por mil memorias, Oh tormento
Del tiempo aquel que amé sin tiento
 
Pasadas unas horas en ese suplicio
Descubrí la situación en el resquicio
Por donde pasara mi alma, Oh vicio
De pensar en el pasado, Oh precipicio
 
Y precipitando mis cavilaciones mortales
Me percaté de que no fueron tales
Las memorias que evocaba a raudales
Reposando sobre la grama, ahora mis males
 
Y en la agonía que parecía perpetua
Apeado del transporte, Oh recua
Y fuera arrastrado por la ironía inicua
Yacente sobre la grama, conspicua
 
Con la complicidad de la vastedad del cielo
Entregando el cuerpo a la tierra sin velo
Fue muriendo a poco la letra en el suelo
Matando la poesía que guardaba con celo
 
Y muriendo las estrofas en mi mano
Pudiendo no rescatarlas de lo plano
Fenecían mis pensamientos en el llano
Posado mi cuerpo sobre la grama en vano
 
Huelga decir que la muerte apresó
Sin tiento como es preciso y murió
Murió la letra dolida, partida del corazón
Por aquellos pensamientos que dieran la razón…
 
Y en vez de querer vivir sus mentiras en el aire
Hubiera preferido tener de ella un desaire
Sin embargo ella quería solo escuchar poesías
Y no besar los labios que las proferían
 
Por eso ahora escribo estas estrofas y recito
Que la inspiración antes sobrada en mi pecho
Al viento con coraje, mas sin odio grito
Es tal y como sería un cajón maltrecho

©Carlos di Paulo Zozaya

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