Surgiste del oriente como una tormenta
Hinchaste mis velas y creció la marea
Envolviste mi cuerpo con agua y vientos
Hiciste jirones mi ropa con tus ráfagas…
¡Vaya escena!
Entregados a la deriva
Mordiendo la piel con suavidad
Sanando con lenguas las heridas
De aquellas mordidas sin rastro
Que dejaran tórridamente los dientes
Y que decir de las uñas…
Aferrándose como se aferra
De una tabla salvadora en la mar
Como quien no quiere dejar el placer
Corriendo por doquier en la arena
De una playa en medio del tifón
Que tuvimos en aquel sitio…
Y con las piernas bañadas en sudor
De este tifón de uñas e intenso placer
De besos y caricias tan frecuentes
Desde tu jadeante y jugosa boca
Como las olas de la mar en brama
Expulsándome, contrayendo y atrayéndome
Con tus manos cual rábida marejada
¡Vaya escena!
Convertida tú en sirena
Y tal vez yo en tritón
Provocándote
Y tu incitándome
En medio del vórtice furioso
Que dio vida a esta escena
Que nos tiene ahora envueltos
Entre sendas olas de la tela
Que son las sábanas de la cama
Ahora convertida en océano
Para deleitarnos mucho más…
Y en la oscuridad no nos vimos
La luz ausente nos ocultó
Detrás de su negro manto
Nos vimos con las manos
Pero si nos escuchamos
Nos escuchamos al oído
Nos escuchamos a la piel
Nos escuchamos al tacto
Esa manera de vernos
En la total penumbra
A través de los sonidos
La piel y los encantos
No hizo falta luz…
Tampoco agua o alimento
Porque lo fuimos todo en un momento
Lo fuimos armando cual tifón en la playa
Cuando surgimos desde el oriente tu
Y yo del occidente…
©Carlos di Paulo Zozaya
Leave a Reply