Cuando muera
serviré de abono a las flores
vivirán alimentadas de mi amargura tal vez
o del amor que en momentos sintiera
Cuando muera
me convertiré en fértil tierra
y todas mis carencias y excesos
no serán más que pocos de kilos de huesos
Y llegarán a mi lápida visitar
sin saber que ya no queda nada
solo la esencia devanada
de lo que fuere cuando respiraba
Y esas flores que un día desdeñara
en mi tumba se manifestarán
porque al racimo no le molestará
si en algún momento las despreciara
Entonces
Al destino me adelantaré esta mañana
y flores plantaré junto a mi ventana
en mi casa, un mausoleo vibrante
plagado de vida y no una triste carcaza
©Carlos di Paulo Zozaya
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