Y ya que me has llamado Dejemos las palabras de lado Que lo menos que quiero es hablar Deseo ocuparme de tus labios Besarte tanto con la mudez del tacto El silencio de la piel que deseo tanto Los rescoldos escondidos que gritan Con deseos erguidos y me incitan
No me llames más Que tu garganta no pronuncie Mas que el sonido del placer desbordado Que sea tu piel brillante con sudor acaudalado La que exclame con fulgor elevado En medio del espacio por solo nosotros amueblado
Hablemos con trémulas manos Entendiéndonos a palmos Midiendo las cuartas de muslos y brazos Acariciando al amor encarnado Encarnado nuestro ser con uñas, dientes y espasmos
Y nos encontraremos al anochecer Porque no necesitamos con los ojos ver Que sea el tacto el reconocimiento de facto En todo sentido práctico
Ya que me has llamado Encenderemos la llama que se quema en silencio Hasta que ambos rasguemos su velo Con el placer que guardamos hasta ahora con celo
Ya que me has llamado Que sea el amor y no los labios El que hable en el silencio entre almohadas
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