Recorriendo el pasillo a oscuras
Caí sobre el suave y aromático ser
Que me esperaba recostada y desnuda
Respirando al compás de mi sorpresa
Solo las candelas prendidas de la calle
Tenue iluminación traspasando las cortinas
Iluminaban partes de ti en ese lecho
Lo suficiente para despertar mi ansiedad
Ansioso te recorrí con las manos
Mi desértica lengua buscó la humedad
Para calmar esa sed que de pronto sentí
Encontrando primero en tus labios
La saciedad
Y ya lubricados mis instintos primarios
Quise arrancar el calor que sentíamos
Con el empeño de mi hombría
Hasta llegar a lo más recóndito de ti
Pero el fuego seguía latente en tu pecho
Y el mío rebasaba mi propia existencia
Rebasaba mi razón y mis creencias
Desde caídos los hábitos con concupiscencia
Remedio no había más que refrescarte
Mojando mi lengua en tu sexo
Y repasarla por todo tu cuerpo
Hasta lograr apagarte esa candela
Mil veces más fuerte que las de la calle…
Leave a Reply