Antier te soñé
Soñé que ibas vestida de hojas frescas
Como calzado portabas ruiseñores
Listones azules en tus manos
Con nubes blancas atadas en las puntas
Era primavera entrando el verano…
Ayer te soñé
Soñé que surcabas el cielo en alas
Protuberantes en tu fina espalda
Y las mismas hojas frescas por vestido
Los ruiseñores se habían ido
Y un calorcillo agradable en mi cara
Era el verano en plenitud…
Hoy te soñé
Sin alas ni ruiseñores
Te soñé en pleno otoño
Ligeros los pies y avezadas las pupilas
Siques el sendero marcado de letras
Hilvanando cada una en palabras
Fabricando una frazada de lecturas
Y te arropas con ella cuando hace frío
Leyendo entonces las esquinas
Que sobrepasan tus hombros cubiertos
Y sientes un calor que te conforta
Entonces te enamoras de tal elemento
Estás enamorada de la poesía
Que el poeta fuera derramando
A lo largo del camino que seguías
Y esos vocablos desparramados
Fueron quedándose en el sendero
Para que fueran recogidos por quien
Necesitara calentarse en el crudo invierno
Y que amara las letras como el poeta mismo
Que delicia soñarte así…
©Carlos di Paulo Zozaya
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