Mi rincón está cerca del cielo
Comienza en la tierra y se eleva
Siguiendo las líneas convergentes
Pasando por nodos adyacentes
Subsecuente a las pantorrillas
Un roce, sin detenerme en tus rodillas
¡Sé muy bien de tus cosquillas!
Siguiendo el rastro hasta los muslos
Lentamente, sintiendo cada curva
Partiendo ligeramente de la corva
Hasta que sea mucho más pausado
Un avance casi misterioso, menguado
Así, como se mece en un día soleado
Tranquilamente la mar, sinuosamente
Y más cerquita del cielo, convergiendo
De esta manera, en constante ascenso
Hasta llegar próximo al rincón, tu rincón
Abres tus piernas en plenitud, satisfacción
Sin carreras, pausada, sin prisa
Mientras, tu piel húmeda y candente, chinita
Por la acción de una inesperada brisa
Surge entonces el aviso muy gutural
Esos gemidos crecientes que anuncian
“¡Llegaste al lugar!”
Donde el rincón y el cielo se fusionan
Al final de las líneas convergentes
©Carlos di Paulo Zozaya