El:
No me perdería en tus ojos
Me ganaría en la dulzura de tu compañía
Como el chocolate amargo
Que se paladea a sorbitos lentos
Primero con la lengua y después, el tacto quizá
Pasando por la tersura de tu textura…
¡La potencia del brebaje otorgando brío
A esa parte de un ser otrora dormido!
Que si fueras chocolate, ni una parte comería
A finas dentelladas tu sabor paladearía
Para que nunca terminara el beso dulce amargo
Que me ponga a suspirar entre tragos
Sentirlo en las venas corriendo, para entonces
¡Prestar atención mis impulsos y no frenar la incitación
De beber de tu cuerpo el elixir enervante
Despedido desde tus labios y por todo tu semblante!
Y si equivocado estoy, repudia con tu voz el hecho consumado
¡O responde igualmente apasionada a tal provocación!
¡Que libídine tengo sobrada y confieso mi pecado
Que al ser de ti abrazado, ganas me han sobrado…!
Sí te voy a besar ¡Que el mismo pecado llevará
Su propia penitencia y recompensa!
Ella:
Tienes mi permiso a través de la poesía
Relatar con estrofas tu osadía
Donde hasta él pecado más insólito
Es permitido sin preámbulo alguno…
El:
¿Y si la poesía se agota y el cuerpo no se derrota?
¿Hablarían entonces los labios en conjunto?
Con silentes y ardientes ósculos
Poetizando en un beso no profano
Lo que ha profetizado la poesía
Donde la única falta o infracción
Sería el gusto ya determinado de sentirte
Porque lo ha dicho la poesía, con tus letras y las mías
©Carlos di Paulo Zozaya
Cuando te Miro con Carlos di Paulo
#dipauloart
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